Momentos y Recuerdos.

«La vida sería imposible si todo se recordase. El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse».

Roger Martin du Gard

Llevamos, ya, unos días con Mateo comiendo mucho mejor tanto la papilla como el puré. Eso sí, todo sea dicho, a base de usar mi meñique derecho como cuchara y como consecuencia también ser receptora, en varias ocasiones, de las garras de los cuatro dientes afilados que tiene – en un futuro el Ratoncito Pérez será muy feliz pues su casa se podrá mejorar con estos dientes fuertes y muy muy duros :-).

Sin embargo, mi intención es hablar de otro tema. Un tema que considero de suma importancia en estos tiempos de incertidumbre política y tras años de recortes en sanidad. No quiero hablar ni de política ni números ni de partidos. Sólo quiero hablar de mi experiencia en el que fue mi hogar durante mucho tiempo. Y, digo hogar, porque así lo sentí durante ese tiempo; así me, nos, hicieron sentir los que allí trabajaban; porque allí casi pierdo a mi hijo; allí sobrevivió; pero sobretodo porque allí fue muy querido mi hijo.20141118_192308

De los doscientos días que estuvimos en el Hospital, ciento ochenta de ellos, seis meses en total, fueron en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN). Más concretamente en la cunita N26 – una especie de “ala” adjunta al box con ventana propia. Me daba la sensación de estar casi en una suite y que sólo le faltaba la alfombrita de Ikea “república independiente de Mateo”. Escribo esta última frase casi sorprendida de cómo lo recuerdo. Pero es así. Si soy sincera y hablando desde el corazón, no tengo mal recuerdo de esos días. Es más, gracias a esos ciento ochenta días, he conocido a gente fabulosa que ahora considero parte de mi círculo de amigos; he aprendido cosas que jamás me podría haber imaginado de algunos de los mejores médicos de España (refrescando así las horas pasadas, de pequeña, viendo “Érase una vez…el Cuerpo Humano” en la tele); he conocido a otros padres maravillosos con los que hemos compartido risas, lagrimas, risas, lágrimas y más risas – sobretodo reír (¿verdad Paola…?).

Es curioso cómo es la mente humana; cómo almacena todo lo que nos pasa a lo largo de nuestra vida para así aumentar nuestra inteligencia y reactividad en el futuro frente situaciones similares; pero también cómo nos da herramientas para evitar el efecto negativo que puede tener recordar ciertas situaciones (evidentemente no quita que en momentos puntuales el recuerdo o el revivir de ciertas experiencias nos afecte). Cuando pienso en esos días, no pienso en lo duro que fue; no pienso en las 3 neumonías que pilló Mateo; ni en los 2 neumotórax; ni tampoco en las 6 veces que le intervinieron; ni cuando tenía crisis cada día varias veces; ni cuando no se le podía tocar porque desaturaba; ni en su traqueotomía o en los intentos fallidos de extubar; tampoco en todos esos días que pensábamos que Mateo no saldría adelante; ni en todos los bebés que vimos fallecer y el dolor de sus familias; ni en el día cuando nos dijeron que debido a que su diafragma derecho no funcionaba bien no se sabía si podría estar desconectado de su respirador…mis ojos se inundan de lágrimas..

Yo sí recuerdo momentos. Yo sí recuerdo personas. Recuerdo las mañanas cuando entraba, miraba la cara de Carmen y sabía cómo había pasado la noche mi peque; recuerdo cada una de las veces que “inundamos” (metafóricamente) el box A con Sonia mientras bañamos a Mateo y escuchábamos música de yoga (a la que ahora Mateo es aficionado); recuerdo cuando le hacíamos un “refreshing” con Mariona para quitarle lo mucho que sudaba; las curas de traqueo y charlas de tarde con Neus (y lágrimas también…); mi marido recuerda las mandarinas a media noche de Nuria; recuerdo cómo Sonia me cogía la mano mientras me daban la noticia del diafragma derecho; recuerdo las palabras de Marta de madre a madre; recuerdo cómo Raquel se quedaba con él al irnos nosotros; recuerdo el abrazo de Montse cuando nos fuimos para la UCI Pediátrica; recuerdo las palabras tranquilizantes de África y Cristina cada vez que le surgía algo nuevo con Mateo y cómo creían que Mateo podía salir adelante; recuerdo las explicaciones minuciosas de Mar; recuerdo las sesiones de “fisiorespi” con Enric y estimulación con Engracia; recuerdo las horas pasadas en casa haciendo los deberes de Mercé y Tirma recortando formas y dibujos para estimular visualmente a Mateo; recuerdo la frases de 100% conocimiento de Julio; recuerdo lo perfecta que entraba «la Castañon» antes y después de operar y preguntarme ¿cómo lo hará?; recuerdo las charlas variadas y entretenidas con Xavi, con Jordi o con Miquel…Recuerdo momentos. Recuerdo personas.

Yo di a luz a Mateo a las 17,50 de la tarde un viernes (mi parto fue otra experiencia curiosa que explicaré en otro momento) pero no pude ver a Mateo en la UCIN hasta cerca de las 2 o 3 de la mañana. No tengo recuerdo de esa primera visita. Fueron muchas lágrimas y mucho cansancio tras casi 32 horas de parto. Mateo era pequeño, blanquito y muy peludo. Pero sí que recuerdo las dos enfermeras de noche – las “Patris”. Un soplo de aire fresco y alegría en una noche, sentimentalmente, dura, fría y muy negra. Mateo tenía que luchar por seguir con nosotros y lo tenía que hacer él solito. No le podíamos ayudar, sólo apoyar. “Las Patris” son mi recuerdo de esos primeros días. Y doy gracias por ello.

Pero no todos mis recuerdos son positivos, por desgracia. Entre tantos recuerdos y momentos “dulces” durante esos 180 días hay momentos de cierta rabia e impotencia. Pasamos tanto tiempo allí que fuimos testigos físicos de esos recortes e incertidumbre que he mencionado al principio. Momentos en los que la rotación de médicos era tal que no sabías a quien preguntar y te daba rabia que pasaban los días y sólo te decían “es que no lo llevo yo por lo que no te puedo decir…”; momentos en los que veías actitudes de enfermeras que no eran propias de una UCIN considerada centro de referencia en España; momentos en los que te callabas, y eso simplemente por Mateo, ante comentarios que te hacia la enfermera que te tocaba ese día; Nunca dijimos nada. Volvería a no decir nada. Pero hay comportamientos que no son propios ni en tiempo ni por el lugar y eso lo vivimos desgraciadamente.

Por suerte la mente humana es inteligente y en el momento que nos fuimos a casa todo lo malo se esfumó. Te acuerdas de vez en cuando; cuando escribes el blog por ejemplo 😉 pero si no, se almacena para cuando te haga falta.

Los ciento ochenta días fueron intensos, duros, largos, vimos ir y venir a mucha gente, lloramos, reímos, aprendimos, superamos…Pero quiero agradecer a las grandes personas que he conocido allí (ellas saben quiénes son) y el inmenso cariño que les tengo/tenemos, papás y personal incluido. Fueron mi hogar durante seis meses y el de Mateo. Ojalá no se tuviera que pasar por la UCIN, pero si es el caso, espero que podáis vivirla cómo la he vivido yo y la podáis recordar cómo la recuerdo yo: con amor.

13 comentarios el “Momentos y Recuerdos.

  1. Almudena dice:

    Mi historia fue hace ya casi 7 años y siento esa misma emoción. Son recuerdos guardados que se sacan si los necesitas pero si no, sólo recuerdo los buenos momentos, las risas, y sobre todo la fuerza de África para vencer todo.

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  2. Mila Alcaraz dice:

    Lo primero felicidades. Me encanta leerte y saber lo supermama que eres. Muchos besos a los 4 magníficos

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  3. Natalia dice:

    Luisa me encanta cómo escribes,cómo describes….en tus palabras leo y recuerdo momentos vividos….por suerte para nosotros, fueron bastantes menos días y las experiencias son diferentes pero, el sentir de ver a tú hijo luchar por su vida y sentirte tan arropada, tan cuidada y a la vez tan sola… eso sólo lo sabemos los que, por desgracia,hemos tenido que pasar por una UCIN.
    Gracias por compartir tus palabras

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  4. Xavi dice:

    Molta força als 4!!! 🙂

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  5. Neus dice:

    Sis mesos es diu molt ràpid… però no es pot explicar igual de ràpid tot el que hem viscut junts. Hem passat dies bons, no tant bons, i altres de boníssims!! Amb somriures i també llàgrimes, però com molt bé dius, els bons moments són els que val la pena recordar! Jo segur que els recordaré sempre! Gràcies al petit Mateito i a vosaltres, per posar sempre les coses tant fàcils, sou uns genials!

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  6. Sonia dice:

    Luisa, gracias por tan bellas palabras y relato.
    Doy gracias a la vida por teneros en mi vida.
    Lo que nos queda es mirar a los ojos de mateo y confiar en el.
    Besos queridos.

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  7. Carme dice:

    Jo sé que ell és molt fort perquè té uns pares molt especials i jo em sento orgullosa de formar part d’ alguns dels 180 dies d’ aprenentatge de la vida en aquella nostra suite.

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  8. paola dice:

    Leyendo me he emocionado reviviendo muchos momentos que la mente va eliminando. Momentos malos, muchas lágrimas pero sobretodo muchas risas. Puedo decir que he tenido la gran suerte de pasar el tiempo de Ucin junto a ti Luisa, porque aunque tuvieramos un mal día, juntas convertiamos las lágrimas en risas. Mejor terapia imposible.
    Os quiero mucho!

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  9. Míriam dice:

    eres especial… a pesar de todo lo vivido tu corazon solo esta lleno de amor, ilusión y ganas de ser mejor cada día : ) besos guapa

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  10. Raquel dice:

    Aún recuerdo el primer dia que conocí a Mateo y a sus padres, era por la tarde despúes de un dia maratoniano , que en mi es muy común , los que me conocen los saben😋, subí a neonatos y allí estaba aquel hermoso bebé con ojos azules inmensos , me presenté a Luisa y Alfredo y les expliqué a que venia , en aquellos momentos con todo lo que rodeaba a Mateo , casi que lo menos que preocupaba era que tipo de chupete llevaba o si se ponía algo en la boca … Los dias pasaron y pese a que el trabajo con Mateo se fue posponiendo , ya que este pequeño robacorazones se empeñaba a no dejarme que me acercará a su boca , seguía subiendo a verle casi cada dia , porque acompañar a esta maravillosa familia era importante , hasta que llegó el gran dia !!! Os acordais ???? Cuando se intentó dar algo por boca a Mateo , ese dia lo puso difícil , aún recuerdo la cara de Alfredo , era peor que cuando ve una camiseta rosa😋… Pero veis familia … Todo cambia y he de reconocer que algo culpable soy de que el dedo de Luisa esté en ese estado … .Esta solo es una historia con un comienzo difícil que sòlo los valientes son capaces de vivirla.A por la lentejas con chorizo!!!!

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  11. yamina54 dice:

    Es muy importante drenar sentimientos y emociones para aprender, agradecer y continuar. Muchas historias merecedoras de respeto admiración y apoyo para animarles a continuar de la mejor manera posible, este paso por la vida.

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